jueves, 25 de octubre de 2012


 Cine de terror y su estudio como manifestaciones sociológicas del miedo



El miedo se manifiesta en el marco de lo colectivo y como resultado de experiencias, también, colectivas, es así, igual que el resto de aspectos de la cultura. Allí se canalizan su fuerza y su poder. Una fuerza y un poder que, de otro modo, podrían resultar excesivamente disgregadores y pesar demasiado sobre el individuo aislado. (Carles Lalueza, 2002) El cine de terror no escapa a esta condición de servir como experiencias cultural; manifestación de esto es la asociación que a menudo establece entre ética, estética y miedo. La película Scream (1996) convierte,incluso, en parodia esta situación mediante el siguiente monologo, pronunciado por el personaje Randy Meeks:  “Ciertas reglas deben cumplirse para poder sobrevivir con éxito en una buena película de terror: por ejemplo, número 1: no practicar el sexo. ¡Un gran "no"! Sexo equivale a muerte. Número 2: no puedes nunca beber o tomar drogas. Es el factor pecado, el pecado es la extensión de la número 1. Número 3: nunca, nunca, bajo ninguna circunstancia, digas "ahora vuelvo", porque no volverás”. Aquello no parece accidental, Egoístas, cobardes y traidores mueren primero y en forma acaso más violenta que sus coprotagonistas; como castigo por no acatar los principios sociales y morales. También, personajes  sin atributos morales o intelectuales pero envidiados por ser afortunados o por ser hermosos y otros pertenecientes a minorías étnicas, raciales y sociales (como adolescentes y viejos) mueren pronto.  Su comportamiento, a veces, y otras el simple hecho de ser diferentes representa su condena, pues enfrentan por su diversidad a la ética o estética; expresando libremente su sexualidad, su comportamiento antisocial y diferencias. 
Las tres reglas de supervivencia a las que hace referencia Randy Meeks son un recordatoria de una de las características distintivas del genero slasher que se parodia en la película: donde el orden de las muerte obedece "a rígidas reglas y a una inflexible jerarquización de sus personajes por condiciones étnicas, sociales o morales. (Roberto Cueto, 2002) Con todo, sirven para ilustrar un aspecto característico de las relaciones entre miedo y cultural. Las experiencias ocurridas fuera de las fronteras impuestas por nuestra cultura se consideran así amenazantes y son usadas para definir los límites y distancias entre la Civilización y barbarie. Muchas veces, incluso, las sutiles fronteras entre ética y estética.

Criminales, asesinos y dementes. Las expresiones sociales del mal en el cine de terror son, muy a menudo, estereotipables. Comparten, por ejemplo, similitudes como la de ubicarse en extremos de la estética (fealdad y belleza), circunstancias principalmente peligros si éstas no se acompaña de bondad. También, en oportunidades, cuestionables por su ética reprobable, representando valores socialmente opuestos a la moral, como los cobardes, violentos, promiscuos  y antisociales.

El mundo contemporáneo encarna sus imaginarios colectivos en el cine de terror, y en este mundo cinematográfico estas manifestaciones que ocurren en las fronteras de la normalidad no pueden ser sino manifestación de fiereza y rebeldía, de diversidad amenazante. Ciertamente, las palabras escritas por Aristóteles en el libro “La república” sobre las alternativas que tienen los seres que viven al margen de la sociedad de ser reconocidos únicamente como bestias o dioses, no pierden hoy su veracidad y, en el mundo contemporáneo, poco varían sus significados.



Cine de terror y manifestaciones comunes del miedo


Los monstruos, por causa de su “anormalidad”, son siempre inquietantes y como tal “invitan a pensar”. Lo normal y anormal  son, sin embargo, conceptos nacidos de las ideologías y no de la biología. (Carles Lalueza, 2002:7)

La convergencia entre belleza y perfección moral se manifiesta claramente en el arte griego y desde ahí se extiende a casi toda la tradición occidental; sin embargo se trata de una confusión arriesgada y peligrosa cuando se integra a la cultura del miedo en las políticas urbanas y los medios de comunicación: ésto crea una aparente equivalencia entre Belleza y Bondad, Fealdad y Maldad. Los villanos del cine de terror son también, a menudo, estereotipados por esta asociación entre Belleza y Bondad, Fealdad y Maldad.

La analogía no es accidenta, algo similar ocurre en las representaciones existentes para los lugares marginales de la ciudad y en la estética de los discursos cotidianos, como es la prensa sensacionalista (ver, por ejemplo, el libro “Amarillo y rojo, estética en la prensa sensacionalista”) y mitos urbanos de terror (como en las historias de los ladrones de órganos y de algunos barrios periféricos). Las relaciones entre criminalidad y estética, por su parte, se vuelven evidentes en las descripciones reprobatorias y pesimistas hechas por científicos sociales del siglo XVIII de los barrios marginales y sus habitantes; pero se afianza con la aparición de discursos sociales legitimadores como la eugenesia y frenología, que aportan la apariencia de cientificidad a estas relaciones. También en las principales manifestaciones del miedo y villanos del cine de terror actual, que según el portal de Wikipedia, son las siguientes:


    * Las criaturas que desafían los límites entre el mundo de los vivos y entre el mundo de los muertos, entre la realidad y lo extraordinario, no por accidente se han generado toda la serie de zombis, momias, fantasmas, vampiros, extraterrestres, etc.

    * El miedo a la tiranía cruel se encuentra, escenificado, por ejemplo, a través de la relación del Conde Drácula con sus súbditos y víctimas, o bien en la potencia amenazadora de brujos malignos o monstruos, como es el caso de Fu Manchú y tantos otros villanos del cine de terror.

    * Lo monstruoso en sí mismo, que encarna la anormalidad en su apariencia física, que alarma y atemoriza; tiene su mejor ejemplo en el monstruo Frankenstein, y más modernamente, los Alien, Predator, etc.

    * La pérdida de identidad y el miedo a la locura, son otros temas comunes y visibles en filmes como La invasión de los ladrones de cuerpos (Don Siegel, 1956), donde unos seres ocupan los cuerpos suplantando la personalidad de sus víctimas; El exorcista (William Friedkin, 1973), la posesión de la protagonista por el demonio, o la transformación del Dr. Jekyll en el monstruo Mr. Hyde que anida en su interior, en las muchas versiones cinematográficas que ha tenido esta historia; también, Psicosis, de Hitchcock.

Wikipedia

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El cine de terror (como construcción social y elemento importante en la expresión de identidades y valores sociales) es, sin embargo, un tema poco estudiado por las ciencias sociales; se le suele considerar incluso resultado de “sentimientos “irracionales” o “infantiles”, indignos para despertar nuestra atención y servir como material para nuestro estudio. Lejos de esto el miedo mecanismo presente en diferentes cultura y prácticas sociales, como referente permanente en construcción de  memoria colectiva y formas de pensar las diferencias y relaciones entre los miembros de la sociedad; prevalece, entonces, como experiencia colectiva en donde se actualizan elementos importantes de la tradición y materializa por medio de diversas manifestaciones en imaginarios sociales y cosmogonías.



El cine de terror puede servir a pesar de todo, como estrategia didáctica y, especialmente, para ilustrar diversos temas en las aulas de clase de antropología, las siguientes son algunas propuestas metodológicas:



1.         Miedo, irracionalidad y prejuicios sociales. El miedo como mecanismo de exclusión y expresión del conflicto entre culturas y grupos étnicos. El miedo como manifestación de rechazo y discriminación en occidente. Barbaros salvajes y caníbales en las ciencias sociales y en la antropología. Filmografía:“The Mist” o La niebla  (Frank Darabont, 2007)

1.         Brujas arpías y vaginas dentadas el miedo como manifestación del conflicto entre géneros y formas de pensar lo femenino. Filmografía. Jennifer's body o Diabólicas tentaciones,(Karyn Kusama, 2009) 

2.        Cartografía urbana y miedo El miedo como una manera de pensar la ciudad. La higiene y la estética como alternativas para entender la ciudad Latinoamericana. Imaginarios sobre la pobreza y a criminalidad. Filmografía: El barbero diabólico de la calle Fleet o Sweeney Todd (Tim Burton, 2003)

3.        Lenguaje del miedo. La estética de los miedos y sus expresiones en la literatura y en el cine de terror. Filmografía: Balada Triste de trompeta  (Álex de la Iglesia, 2010)

4.        Terrorismo. Sociopolítica y política del miedo en el mundo contemporáneo. Filmografía: Le Pacte des loups oPacto con lobos (Christophe Gans,2001)

Bibliografía

Cueto, Roberto. Viaje (de ida y vuelta) al terror: el miedo como objeto de consumo. En: Los dominios del miedo. Vicente Domínguez (ed.). Biblioteca nueva. Madrid, 2002 Pp. 43 - 89

Laluezca, Carles. Dioses y monstruos. Ed Rubes. Barcelona, 2002