miércoles, 3 de septiembre de 2014


Sexualidad homínida, familia y diversidad  


Dexter, personaje de una novela homónimo escrita por Jeff Lindsay sobre un asesino serial, afirma lo siguiente: No entiendo por qué los humanos gastan tanto tiempo en ocuparse de aspectos relacionados con el amor y el sexo, cuando hasta los animales saben que deben ocuparse de estos asuntos lo más rápido posible para así poder dedicarse a aquello que realmente importa: buscar carne fresca. Aparentemente  no todos los animales  se comportan como afirma este personaje. Los bonobos, también llamado chimpancé pigmeo, son unos primates que habitan en las densas selvas húmedas de África central. Aparte de los humanos, son los únicos primates que han sido observados en estado natural realizando actividades donde la sexualidad sirve para fortalecer lazos sociales y disminuir las tensiones generadas por la convivencia (Eisler, Riane, 2002). Por tal motivo, los científicos suelen estudiar su comportamiento pensando que ésto puede arrojar luces respecto a nuestra sexualidad. Este es el caso de la Sociobiólogía.


Imagen. Bonobo aprendiendo gracias al uso de una tableta. Con sólo cuatro meses de edad, Teco aprendió a relacionar el sonido de la palabra uva con la imagen de la fruta en una pantalla de ordenador.

El nativismo psicológico en el cual se enmarcan muchas de esta teorías, suele ir mucho más lejos. Para el nativismo psicológico los seres humanos heredan algunos comportamientos a las siguientes generaciones en un proceso donde el aprendizaje y la experiencia no resultan muy determinantes, pues estas conductas son 'nativas' o se encuentran en su mayoría fijadas en el cerebro desde el momento del nacimiento. La psicología evolutiva es ejemplo de estos intentos por explicar el comportamiento humano a partir de los genes, es decir, gobernados por los mismo mecanismo de la evolución biológica (principalmente, por la selección natural). Entre nosotros y las demás especies, se establecería así una única e importante diferencia: a lo largo de nuestra evolución, nosotros hemos llegado a complejizar estas conductas con resultados que encubren a menudo su funcionalidad a favor de la racionalidad práctica y la supervivencia de la especie.
Con todo, el intento por extender un velo de determinismo genético en nuestras conductas, más allá de algunas conductas básicas, como el lenguaje y el simbolismo, resulta por lo general cuestionable (al respecto sugiero revisar la obra de Carles Lauezca. Monstruos y dioses). Es más, el que la sexualidad sea parte de nuestra naturaleza no la convierte en un acto natural; es decir, no se conoce ninguna sociedad humana en la cual la sexualidad no se regule y se entregue sin restricciones a los impulsos "naturales" (Ember & Ember, 1997). Así, el único comportamiento que de momento resulta prudente generalizar es que el sexo y la reproducción se encuentran siempre controlados por sistemas de matrimonio y parentesco, aspecto presente en cada sociedad estudiada por los antropólogos (Grunlan y Mayers,  1997). Pretender pasar esto por alto es un problema más de la ideología que de la evidencia biológica. (Lauezca, 2002)


Vídeo: La supuesta “Naturaleza humana”. Segmento de la Conferencia del Movimiento Zeitgeist, ¿"Naturaleza Humana" o Comportamiento Humano?, aspectos biológicos y socio-ambientales.

Por ejemplo, por tradición y costumbre nos han enseñado que la familia se conforma por papá, mamá e hijos, donde el primero es el que vela por el sostenimiento económico de los integrantes de esa familia, ella es la encargada de criar a los niños, y aquellos crecen bajo la autoridad de sus progenitores (1). Para algunos incluso esto justifica considerar el modelo de familia nuclear como superior o normativo frente a las otras formas de familia que coexistían con ésta (justamente porque diferían de la familia nuclear). Llegando incluso a considerar el modelos de familia nuclear como resultado de una respuesta necesaria en nuestro proceso de evolución como especie y, como tal, las demás formas de familia se consideraban supervivencias de modelos "primitivos".
El evolucionismo unilineal en Antropología, defendía esta idea, para estos antropologos las culturas y junto a estas la organización familiar, se encontraban sometidas a cambios evolutivos que ocurren de una manera uniforme y progresiva, al igual que en los organismos biológicos. Como evidencia de esto, Edward B. Taylor (1832 – 1917) considera que los modelos de familia presentes en algunos grupos “primitivos” representaban supervivencias o vestigios de una fase anterior en nuestra evolución cultural a la “civilización” y por esto, menos adecuados para garantizar aspectos que en el modelo nuclear de familia victoriana se resolverían mejor, principalmente, la reducción de conflictos asociados a la reproducción y el cuidado de la prole. Lewis Henry Morgan (1818 – 1889), otro antropólogo defensor del evolucionismo,defiende en su libro Ancient Societty (1881) que la evolución cultural estaría marcada por cambios en la organización familiar, cinco etapas que se sucedieron de manera uniforme y progresiva para terminar en la actual organización familiar:
•          La “horda que vivía en promiscuidad” sin las restricciones sociales que sirven hoy para establecer lazos y sistema de obligaciones recíprocas o reconocimiento de las relaciones de parentesco (estructura familiar).
•          La etapa siguiente carece de prohibiciones que regulen el incesto, motivo por el cual el matrimonio entre hermanos estaba permitido.
•          La tercera etapa corregía esta condición y no permite que los hermanos se casen entre sí.
•          La cuarta etapa (que corresponde a la barbarie) donde la familia se conforma por parejas de hombre y mujer a los que une un vínculo poco firme. A lo cual le sucedió en oportunidades la poligamia
•          La quinta etapa ubicaba por encima de estas formas de organización a la familia actual y se conformada por una pareja monógama, en la que el hombre y la mujer conviven en una relación de igualdad, y es distintiva de la civilización.

El funcionalismo, posteriormente, explica el origen y conformación de la familia actual como respuesta a la necesidad de satisfacer ciertas necesidades del individuo y del grupo social. Dentro de las principales necesidades humanas que se deben satisfacer se incluyen la alimentación, la reproducción, el bienestar físico, la seguridad, el descanso, el movimiento y el crecimiento, muchas de las cuales generaría necesidades derivada: la familia es una de estas. Robert F. Bales (2003) en el libro Family Socialization and Interaction Process escrito en 1956, reconoce al menos cuatro necesidades u objetivos básicos que debe satisfacer la organización familia:
– La socialización. Los padres enseñan a sus hijos a ser miembros bien integrados en la sociedad
– Regulación de la actividad sexual. Con el fin de suministrar una forma ordenada de transmitir la propiedad y la posición social entre generaciones.
– Permitir la reproducción social
– y bridar a sus miembros seguridad material y emocional


La realidad suele ser un poco más compleja. Algo que hoy aceptan la mayoría de antropólogos. Esto es, el hecho de que las actitudes y comportamiento relacionados con el matrimonio, la familia y número de hijos, suelen, pertenecer a un momento histórico y a las condiciones de culturas particulares y, por tanto, son aspectos que cambian con el paso de las generaciones y de una cultura a otra.

La familia como institución

La familia suele tener un lugar de gran importancia entre otras instituciones sociales, según señalan disciplinas como la psicología, sociología y antropología. Sin embargo, seguramente, existe una enorme diversidad cultural de modelos que satisfacen al igual que el modelos de familia nuclear sus funciones principales (regulación de la sexualidad y reproducción, protección de la mujer durante el embarazo y de la prole, estructuración de los roles de género, etc.), diversidad de formas como su responsabilidad respecto a la socialización de los infantes se cumplen y de modelos en la participación que se le asigna en la familia a cada uno de sus diferentes miembros. La familia es, así, un aspecto del comportamiento humano con gran diversidad de manifestaciones.
La Banda fue una de las primeras organizaciones sociales humanas que podemos asociar  a la familia (una organización de composición variable, que se desplazaban juntos parte del año y que se dispersaban en las estaciones como respuestas a la escasez de alimentos).  Ahora bien, la familia en estas sociedades, se caracteriza por ser una organización social donde los vínculos sociales primaban sobre los biológicos; esto es, el parentesco biológico no tenía la importancia que se le asigna actualmente. La familia era una unidad económica y de supervivencia. Con todo, las economías industriales actuales y forrajeras de aquel tiempo (abastecidas a partir de  caza y recolección) comparten algo en común: en ninguno de los dos casos las personas se hallan permanentemente vinculadas a la tierra. (Bohannan, 1992)
Paralelo a esto, el carácter de la unión matrimonial es otro aspecto que manifiesta gran diversidad a lo largo de la historia. El luteranismo y la Reforma protestante en el siglo XVI, desplazaron el carácter religioso de los lazos familiares, y este fue sustituido en parte por el carácter civil. Esto representó para Occidente un cambio en ideas como el carácter indisoluble del vínculo matrimonio reforzando como origen del vínculo una cantidad variable y diversificada de sentimientos psicológicos como amor, afecto, respeto, etc. Esto tiene importancia, pues fuera de las sociedades industriales, el matrimonio suele ser más una relación entre grupos que entre individuos. Por lo cual, en la mayoría de las sociedades las personas no van solas al matrimonio, sino que lo hacen con el respaldo del grupo de filiación.
Ahora, no es correcto pensar que el amor no tuviera importancia antes de este momento, más bien, fue el carácter mismo del amor dentro del matrimonio el que sufrió un cambio. De la siguiente manera entiende el amor en el matrimonio el código de Zapata (1974) y otros más que replicaban sus ideas sobre le matrimonio:
•          El principio amor y la libertad se consideran el origen del vínculo matrimonial y de estos se derivaban otros elementos: la indisolubilidad de la unión contraída y la obligación de mutua fidelidad. 
•          La indisolubilidad se expresaba en dos ideas fundamentales: “Lo que se atare en la Tierra será atado en el cielo” (1992: 210) y “…los casados no se pueden volverse a casar porque están ligados con la mano de Dios” (1992: 211).
•          El amor romántico y el deseo son, en estas condiciones, considerados como tendencias irracionales, peligrosas o efímeras,  pues pueden conducir a la ruina y miseria social.

Resumiendo, la familia es una institución que encuentra su origen en el matrimonio, consta de esposo, esposa e hijos nacidos de su unión y sus miembros se mantienen unidos por lazos legales, económicos y religiosos. Aspecto característicos del modelo de familia victoriana.
Los estudios históricos, por su parte, evidencia pocos cambios en la familia burguesa, resultado de la migración a las ciudades y de la industrialización. El núcleo familiar continúa siendo la unidad básica de organización social. Caso contrario, la familia moderna ha variado sustancialmente con respecto a sus funciones y composición. Particularmente, funciones que antes desempeñaba la familia en occidente, tales como  la educación, la formación religiosa, las actividades de recreo y, en general, la socialización de los hijos, en la familia occidental moderna son realizadas, en gran parte, por instituciones especializadas. Cambios que en algunos casos están relacionados con la modificación actual del rol de la mujer.
Adicional a esto, en Occidente disminuyeron el número de familias extensas y el número de hijos por familia. Cambios, por lo general, asociados a una mayor movilidad residencial y a una menor responsabilidad económica de los hijos para con los padres mayores. ,Por lo demás, dado a que en los últimos años ha aumentado la aceptación y reconocimiento de nuevas formas de  familia como las familias del padre o madre casado en segundas nupcias y la familias sin hijos, las familias monoparentales, consecuencia de un divorcio o formadas por mujeres solteras con hijos. Situación que realza aún más el carácter civil y reconocimiento de la familia, ante todo, como una comunidad de amor y de solidaridad.
La familia sin embargo, es considerada aún hoy como el primer núcleo de solidaridad dentro de la sociedad y no sólo como una unidad jurídica, social y económica. Situación importante y que exige ampliar los temas de interés e investigación tradicional sobre la familia, para explorar las consecuencias de esto cambios en el choque generacional que se vive entre padres e hijos, algo que no es exclusivo de nuestras sociedades actuales, aunque se encuentra más significativamente acelerado y diversificado gracias a  la globalización y el aumento de la brecha generacional.   
La historia de la familia en occidente es, en conclusión, reflejo de la enorme diversidad de variaciones que ofrece este aspecto de nuestro comportamiento. Esto sugiere una realidad mucho más compleja de la que teorizan los estudios de sociobiologos y psicólogos evolucionistas, para quienes hablar de “matrimonio” o “familia” en términos generales era correcto. Al respecto, es importante recordar las palabras del antropologo estadounidense Clifford Geerzt (1997) para el cual, considerar “los hábitos alimentarios son un reflejo de necesidades metabólicas es incurrir en la parodia” y en otras palabras, todo intento por explicar estos aspectos del comportamiento humano partir de fórmulas deterministas es cuestionable por ser en extremo simplistas.

(1) Luz Marina Villa, trabajadora social especialista en familia de la UPB, en entrevista citada por el artículo de opinión “Familia, un concepto que va en evolución”; artículo publicado 12 de Diciembre de 2014 por el diario “El Universal” de Cartagena-Colombia.


Bibliografía.

Ember, Carol R. & Ember, Melvin. Sexo, género y cultura. En: Antropología cultural. Ed. Prentice Hall, 1997 Pp. 392 - 411
Lindsay, Jeff. Querido Dexter. Ediciones Urano S. A, 2006
Eisler, Riane. Sexo mitos y política del cuerpo. Editorial PAX, 2002
Grunlan, Stephen y Mayers, Marvin. Antropología cultural, Una perspectiva cristina. USA- Florida, Editorial vida. 1997
Lauezca, Carles. Dioses y monstruos. Editorial RUBES,  2002
Kottak, Conrad. Antropología cultural. Espejo para la humanidad. Mc Graw. Hill, 1997.
Bohamann, Paul. “Para raros, nosotros. Akal Ediciones, 1992.
Geertz, Clifford .El impacto del concepto de cultura en el concepto de hombre. En: La interpretación de las culturas. Ed. Gediza (págs. 43 – 59), 1997.