miércoles, 23 de noviembre de 2011

Antropología en la escuela y en los contextos cotidianos


Durante alguna de mis clase en la Universidad un profesor nos invitó, a mí y a mis compañeros, a pensar los motivos por los cuales los colores con los que se pintaban los salones son bastante diferentes a los rojos y amarillos intensos con los que se pintan algunos locales comerciales (Mc Donalds, por ejemplo) y nos invitaba también a preguntarnos los motivos que existen detrás de esto  (¿Te hiciste esta misma pregunta en alguna oportunidad?); posiblemente hasta ahora caes en cuenta de estas diferencias o acaso no, pero lo cierto es que estas cosas nos parecen tan evidentes que casi ni las notamos. Desde luego, lo importante es saber que muchas de estas preguntas encuentran respuesta a través del estudio de nuestra propia cultura.
La cultura, en términos muy generales, se puede definir como un sistema de comunicación; como un sistema de comunicación que emplea símbolos y signos para integrar y comunicar información. Los símbolos y signos, al igual que la cultura, se encuentran presentes en nuestro entorno cotidiano y son expresión de muchas de nuestras creencias, como ocurre por ejemplo en los referentes que tenemos y erigimos para reconocernos como nación (la bandera, el escudo etc.).  Los colores también son símbolos, motivo por el cual tienen gran variedad de significados y el mismo color puede significar cosas muy diferentes en culturas y contextos distintos.
Los antropólogos estudian esta diversidad. Ciertamente y con algo de etnocentrismo, en un principio, la diversidad se pensó como algo casi exclusivo de algunos las culturas lejanas y exóticas; este era el motivo para que los diarios de campo escritos por muchos antropólogos hablaran principalmente de ellas. Finalmente, para ellos y ahora para nosotros, basta con estudiar un aspecto que es cotidiano y casi natural en nuestra cultura para encontrar muchas diferencias.
La alimentación, por ejemplo,  satisface  una necesidad biológica, nuestra necesidad de comer; pero la satisfacción de esta necesidad biológica se encuentra siempre supeditada a la cultura en la cual ocurre la experiencia. Las prohibiciones o los tabúes alimenticios existentes en varias culturas sirven como un  ejemplo claro de estos comportamientos. ¿De qué otra forma podríamos explicar que los mismos alimentos que son preferidos por ciertas culturas son  prohibidos (tabú) o poco apetecidos en otras?,  o, ¿por qué para otras gentes puede resultar repulsivo, incluso, simplemente considerar tener nuestros alimentos en su mesa?, y viceversa. Comer, desde luego, es un comportamiento cultural entre los seres humanos y es en este sentido que podemos hablar de la gastronomía cultural, entendida como el conjunto de regulaciones y comportamientos culturalmente establecidos por los grupos sociales para aclarar a sus miembros cosas que a nosotros nos parecerían evidentes; cosas como cuáles alimentos se deben o no comer, cómo se deben ingerir los alimentos, y qué comportamientos son adecuados en la mesa.
La clasificación de los alimentos y los modales en la mesa, las formas de preparación y las técnicas de conservación de los alimentos, las tradiciones alimenticias y sus cambios… todo lo anterior y otros campos son tema de estudio para el antropólogo. De manera tal que los antropólogos no estudian exclusivamente la diversidad cultura existente en otras culturas y este espero, es  una invitación a entender que entre más sepamos acerca de otras culturas mucho más cerca nos encontramos de entender los motivos que existen detrás de nuestro propio comportamiento.
Por último y si deseas saber más acerca de la gastronomia cultura, en el capitulo  5 de la serie Mundo increíble titulado simplemente "Comida"  y dedicada al tema de la gastronomía cultural y sus principales expresiones de diversidad (para ingresar a la primera parte de este haga clic sobre el título).
La gastronomía ilustra varios de esos aspectos en los que creemos los antropólogos al estudiar nuestro particular comportamiento como especie. Al respecto, es común sirva como escenario para explicar las relaciones que existen entre naturaleza y cultura. Sobre el tema, se suele destacar la participación que tiene la alimentación en nuestra evolución biológica como especie. Por ejemplo, Patricia Aguirre (2001)  señala que bipedestación, sexualidad continua y omnivorismo, marcaron las diferencias que nos encaminaron a la dirección evolutiva que nos hizo como somos. Con todo, esta relación se establece en un juego complejo de intercambios antes que en un principio simplista de dependencias unidireccionales. Por lo cual, nuestra conducta es también responsable de muchos de estos procesos. Es decir, existen evidencias que muestran la capacidad que tiene nuestros hábitos alimenticios para modificar el fenotipo. Circunstancia que explica la importancia que tiene la investigación cuando una cultural enfrenta procesos de “transición alimentaria” tan comunes en nuestro tiempo.
La enorme diversidad que existe en el comportamiento alimentario de las culturas, es otro aspecto de interés para la antropología cultura. Ciertamente, es importante recordar que aunque todas las personas tienen que comer, pero es la cultura la que nos enseña qué, cuándo y cómo se debe hacer esto,  según recuerda el antropólogo americano Conrad Kottak (1997). Además, esto se relaciona con otra característica del comportamiento cultura de los seres humanos: la cultura es un todo integrado (según nos recuerda la definición propuesta por Edward Tylor). Así, los ecosistemas que los grupos humanos habitan, sus formas de producción y abastecimientos de alimentos, las categorías clasificatorias de alimentos, formas de preparación y consumo de los alimentos, los modales en la mesa, las formas de comensalidad y cortesía, entre otros, se encuentran tan fuertemente entrelazadas y relacionados que el cambio ocurrido en uno de estos aspectos representa ajustes en todos los demás. Conviene recordar esto para colocar en la justa medida la importancia que tiene para nosotros como seres humanos la alimentación, al igual que sus posibilidades como un campo de estudio de la cultura que se beneficia por el gran potencial integrador.


Bibliografía.


Aguirre, Patricia. Del Gramillon al Aspartamo. Las transiciones alimentarias en el Tiempo de la Especie. En: Boletín Techint, 2001
Kottak, Conrad. Antropología cultural. Editorial: MCGRAW-HILL, 1997.




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