martes, 3 de julio de 2012


Ingeniería civil, entre la ciudad real y la ciudad imaginada

“La ciudad es a la vez un lugar
para vivir y un lugar
para pensar“
                                          Métraux

La ingeniería civil se ocupa de la organización, transformación y, en definitiva, de la aproximación entre la ciudad real y la imaginada. La ciudad es, por su parte, el habitad donde vive en la actualidad gran parte de la población humana en el mundo. Específicamente diríamos entonces que a los ingenieros civiles les preocupa el hábitat humano. Por supuesto, la ingeniería civil tiene una responsabilidad puntual (y que no puede evadir), ésta es el diseño y construcción de las viviendas, redes de carreteras, vías férreas, puentes y túneles, etc., escenarios donde se desarrollarán actividades vitales del hombre y donde los seres humanos establecen relaciones entre sí. Sin embargo, no puede olvidar que estos escenarios forman parte de una construcción cultural y una manera de representar nuestra identidad; motivo por el cual es vital trabajar de la mano con aquellas disciplinas que estudian al hombre y sus relaciones con el espacio.
La antropología, por su parte, se centra en el estudio del comportamiento humano y su obra en todo el proceso de desarrollo de la humanidad. Es así, como esta profesión está estrictamente ligada a la relación con las personas y esencialmente con los estilos de vida que se adoptan en las diferentes culturas. Para la antropología los seres humanos construyen el espacio usando criterios funcionales o de uso, y también simbólicos, dando como resultado una expresión de su territorialidad. Para la antropología, entonces, el espacio es considerado como el resultado y la proyección de un conjunto de factores sociales, culturales, económicos, materiales, perceptivos, cognitivos, conductivos, simbólicos, ideológicos, etc.
El habitad humano puede ser considerado, entonces, como el punto de encuentro entre la ingeniería civil y antropología. Ambas disciplinas comparte, además, una preocupación por el espacio. Para el ingeniero civil, por ejemplo, el espacio es un lugar donde acomodar sus diseños y adaptarlos en un determinado conjunto de necesidades para así lograr que las personas se sientan conformes y estéticamente seducidas; sin embargo, para conseguir esto es importante considerar la diversidad de culturas que existen a veces en una sociedad y, según esto, concebir y caracterizar los proyectos. Actualmente, por desgracia, las viviendas se diseñan y construyen en términos de costos y metros cuadrados y sin tener en cuenta, muchas veces, a las personas que van a vivir allí. Es por ésta razón que resulta de gran importancia comprender que no se puede lograr una buena obra de ingeniería civil sin primero estudiar la cultura, ya que la cultura es la clave para lograr diseños que satisfagan las necesidades reales de los habitantes. Amos Rapoport (2003) comenta al respecto de la Arquitectura lo siguiente:

“La arquitectura no es una libre actividad artística, sino una profesión basada en la ciencia y encaminada a la solución de problemas. Estos problemas, además, han de ser descubiertos e identificados Esto significa que los productos de tal diseño deben basarse en la comprensión de las cualidades humanas, ajustarse a las mismas y prestarles apoyo… Entonces el diseño debe basarse en el Conocimiento de las formas de interacción de las personas y los entornos, en el estudio de las relaciones entre el entorno y el comportamiento humano” (Rapoport, 2003:7)

Cada obra representa, así, la cultura típica del lugar donde se construye. Condición que establece una relación entre la ingeniería civil y la antropología,una relación incluso necesaria e ineludible; de manera que es importante para los ingenieros tener herramientas que les permiten estudiar el comportamiento humano en relación a la cultura y el entorno. Solo así, puede pensar el diseño arquitectónico como obra para una cultura particular e inmerso en los mundos de significado que estudia la antropología social; y esto resulta tan trascendente que si una obra carece de significado para la sociedad puede que realmente no satisfaga las necesidades de las personas, lo cual constituye la razón primordial de la obra arquitectónica y civil.

Existen muchos ejemplos al respecto que muestran esta de la relación estrecha entre cultura y habitad urbano. Los rascacielos de New York son imponentes y son concebidos para la cultura que tienen los habitantes de esa ciudad; los trenes y la alta tecnología japoneses son también concebidos para mostrar lo que tecnológicamente y culturalmente son allá. Es totalmente diferente, asimismo, concebir un espacio de entretenimiento para un norteamericano que para un indígena, en donde tienen diversiones completamente distintas. El ingeniero civil debe indagar, entonces, sobre la cultura para la cual trabaja y así, poder obtener una visión libre de etnocentrismos del entorno socio cultural en el cual se encuentra, y crear con ello un diseño confortable para el cliente al que esté atendiendo; debe, así, dejar a un lado lo que piensa que está bien y tener una visión de lo que es importante para la cultura desde la compresión de sus necesidades.

La relación entre la ingeniería civil y la antropología se basa entonces, en que las dos disciplinas buscan entender las relaciones que existen entre los seres humanos y el hábitat y comprender, explorar, analizar y satisfacer sus necesidades. La antropología busca y estudia a las culturas y la ingeniería civil busca desarrollar métodos alternativos e innovadores, en  proyectos de ingeniería que influyen en las culturas que se benefician de sus proyectos. Además, como en la antropología, la ingeniería civil necesita reconocer la diversidad cultural y así acomodar sus obra a todos los parámetros culturales, para desarrollar algo atractivo, innovador y de excelente calidad; esto le exige, al igual que a un antropólogo, conocer la cultura mediante la investigación y el muestreo del terreno y convivencia con la población.

La antropología aplicada (subdisciplina de la antropología) tiene, en especial, varios aportes para la formación de ingenieros civiles. Sus atributos distintivos son los siguientes:
·         Se halla relativamente libre del etnocentrismo y los sesgos occidentales; es decir, de de creer que sus pautas culturales son superiores y preferibles ante las demás.
·         Se interesa por sistemas socioculturales holísticos.
·         Se interesa por los hechos habituales de conducta etic como los aspectos emic de la vida mental



Los ingenieros con la ayuda de la antropología pueden observar e interpretar las pautas culturales que tienen sentido para la gente, de forma que su obra o construcciones se adapte no solo a la demanda de las constructoras o al mercado, sino al deseo individual o colectivo (ineludible para la realización de las mismas). Esto considerando que, indudablemente, para conocer más sobre las personas para las cuales se trabaja construyendo o diseñando una obra es necesario primero dejar de lado nuestra forma de pensar y creencias, ya que muchas veces nos enfrentaremos a otras visiones acerca de lo que es calidad de vida, bienestar y lujo. Por lo cual necesitamos entender y conocer mejor una cultura desde su punto de vista; y esto significa dejar de lado el etnocentrismo que es tan común en todos nosotros. Marvín Harris (2003) afirma al respecto lo siguiente:
“El antropólogo aplicado puede ser útil a las organizaciones patrocinadoras revelando las asunciones etnocéntricas, ligadas a la propia cultura, que suelen caracterizar los contactos entre cultura e impiden a los programas de cambio dirigido conseguir los objetivos.” (Harris, 2003: 665)

La visión holística por su parte, exige como tal ser consciente de los efectos que nuestras acciones tienen y de  los cambios que van a ocasionar en las formas de vida de una comunidad, tanto en el corto como en el largo plazo, también de lo distante y de lo cercano a nosotros, y de las relaciones que existe entre los diferentes elementos o dimensiones que conforman una cultura. (Harris, 2003) Sin estas perspectivas hasta el proyecto aparentemente más bien intencionado y sencillo puedo terminar en desastre. Situción que compromete a los ingenieros civiles con la responsabilidad de observar y establecer el impacto ya sea ambiental o social de la obra como si formara parte de un todo integrado, es decir desde una perspectiva holística. Pues toda obra humana representa cierto impacto o riesgo ambiental y social; impacto el cual, muchas veces, no se tiene en cuenta, ya que simplemente se está considerando aspectos a corto plazo y de forma no sistémica, tales como el costo de la obra. Esto se puede ilustra con las siguientes objeciones que las comunidades indígenas formularon en el Cerrejón (durante el foro donde se discutía la realización de la desviación del río Ranchería en La Guajira, fuente principal para algunas aldeas Wayuu), para nosotros ésta situación evidencia como, muchas veces, la perspectiva holística no se tienen en cuenta por las grandes empresas. En una carta escrita por los Wayuu al presidente Santos estos le preguntaron:
“¿Por qué cambiaríamos nuestro único río a cambio de regalías? Si todo permanecerá Igual ¿Por qué nos quieren compensar?”

Ciertamente, para cualquier empresa, labor y profesión es importante, además, tener esa doble visión emic y etic (interna y externa) que defiende la antropología aplicada, y así llegar a cumplir con éxito las expectativas de los clientes. La visión propia de la empresa, de lo que quiere, lo que busca. Y también, la visión global del mundo, de esas personas a las que se les ofrece algo. Como arquitectos o ingenieros es importante conocer las culturas y su visión del mundo, los retos que nos plantea y sus necesidades. Umberto Eco (2011) en La estructura ausente ha perfilado de manera inmejorable la figura del arquitecto en el contexto de la cultura y ha configurado una reflexión que da un adecuado remate a estas consideraciones.

“El arquitecto se ve obligado continuamente a ser algo distinto para construir. Ha de convertirse en sociólogo, político, psicólogo, antropólogo, semítico... Y la situación no cambia si lo hace trabajando en equipo, es decir, haciendo   trabajar con sociólogos, antropólogos, políticos, semióticos (de una manera más adecuada). Obligado a descubrir formas que constituyan sistemas de exigencias sobre las cuales no tiene poder; obligado a articular un lenguaje, la arquitectura, que siempre ha de decir algo distinto de su misma (lo que no sucede en la lengua verbal, que ha nivel estético puede hablar de sus propias formas (…), el arquitecto está condenado, por la misma naturaleza de su trabajo, a ser con toda seguridad la única y última figura humanística de la sociedad contemporánea; obligado a pensar la totalidad precisamente en la medida en que es un técnico sectorial, especializado, dedicado a operaciones específicas y no a hacer declaraciones metafísicas.” (Eco, 12011:334)

Bibliografía:

Harris, Marvín. (2003)“¿Qué tienen los antropólogos aplicados para ofrecer?”. En: Introducción a la antropología general. Págs. 665 -667

Rapoport, Amos. (2003) Cultura, arquitectura y diseño. Ediciones UPC. Barcelona, España

Eco, Umberto (2011) La estructura ausente. Random House Mondadori. Barcelona España

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